miércoles, 4 de mayo de 2011

Miedo...

Me adentro en una oscura senda, llena de zarzas, piedras, y repleta de una densa niebla que me impide ver a mas de 3 metros. Sigo avanzando, no se lo que me deparará, pero oigo sonidos extraños, siento una brisa gélida que cala hasta el hueso, y geograficamente no sabría situarme. A medida que avanzo, voy sintiendo como empieza a temblarme todo el cuerpo y como de mi piel brota un sudor frío, ambos síntomas producidos por el pánico que estaba experimentando.

Me estaba desesperando, creia que vería la luz al final del túnel en breves, pero sentí algo que cambió todo eso. Sentí algo en mi mano, un tacto de seda, que revivió mis esperanzas, e hizo que aflorasen en mi las mas profundas emociones. Lo que yo sentía era su mano, la mano de esa persona tan especial, esa persona que me enseño a ser feliz y lo que es el amor, esa persona por la que daría todo, y esa persona con la que no tengo miedo a nada. Con lo cual seguí avanzando, sin importar lo que me fuese a encontrar, y actualmente, sigo avanzando por ese tenebroso camino, pero me da igual lo que me vaya a encontrar, mientras esté a su lado, iré y haré lo que sea necesario. Caminaré por los mas peligrosos lugares, me enfrentaré a cualquier bestia inmunda, huiré lo más lejos que pueda, siempre que esté a su lado, y aunque encuentre a la muerte en el tayecto, habrá valido mucho la pena...  

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