Después de un período de silencio, vuelvo ahora para hablar del mismo, suena un poco contradictorio, pero es así. El silencio me ha ido acompañando a lo largo de mi vida y ha sido en ocasiones un buen compañero, y en otras una de las mayores lacras que he sufrido.
Por su culpa he tenido miedo en ocasiones a perder a lo mas preciado, miedo a vagar por la nada guardando solo su recuerdo, el recuerdo de cuando fui feliz, de cuando estuve vivo... No soy mas que su esclavo, esclavo de un silencio que me ata con cadenas al olvido, y que me ira matando poco a poco.
Y aquí me encuentro como siempre... serio... con la boca cerrada, esperando a liberarme algun día de los grilletes que impiden que las palabras huyan de mi boca, podiendo asi curarme de las heridas del ya antes más que nombrado silencio...
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